Licencias de uso en fotografía
CONCEPTOS BÁSICOS EXPLICADOS
El tema de las licencias en relación con la fotografía puede ser confuso, y con razón. No es el más fácil de entender y muy pocas personas están completamente familiarizadas con ello. Desafortunadamente, debido a esta falta de familiaridad, muchas personas y empresas hacen suposiciones y terminan usando o distribuyendo fotos cuando en realidad no deberían.
Pero antes de desglosar los conceptos básicos le desvelaré el párrafo final empezando con una simple pregunta que puede responder usted mismo…
Si hay una imagen (o un conjunto de imágenes) en cuestión que le gustaría usar comercialmente o distribuir a otra parte para que la use comercialmente, ¿tiene un permiso claro y por escrito del fotógrafo que la hizo para hacerlo?
Si la respuesta es SÍ, adelante sin problemas. Si la respuesta es no, entonces, antes de hacer nada con las imágenes, debe obtener el permiso del fotógrafo. Y las personas que no tienen nociones sobre las licencias generalmente preguntan, ¿por qué?
¿Por qué necesito obtener el permiso del fotógrafo?
Debido a… ¡derechos de autor! La inmensa mayoría de las veces el fotógrafo conserva los derechos de autor o es dueño de esas imágenes. Y esto es de donde proviene la mayor parte de la confusión.
El producto que creamos como fotógrafos es muy diferente a un bien tangible o algo que coge de la estantería de una tienda. Por ejemplo si compra un iPhone en la tienda de Apple, eso es de su propiedad. Más tarde, puede dárselo o venderlo a otra persona para que lo use. Puede hacer lo mismo con su automóvil o muebles, la idea es sencilla de entender.
En cambio, las fotografías son diferentes y entran en la categoría de lo que se llama propiedad intelectual. Estas son cosas que se crean y que no necesariamente puedes tocar o coger con la mano. Cosas como marcas registradas y patentes también entran en la categoría de propiedad intelectual.
En realidad, trata con propiedad intelectual con bastante regularidad y es posible que ni siquiera lo sepa. De hecho (aparte de las fotos), es muy probable que ya pague para utilizar propiedad intelectual que no es de su propiedad.
La música se considera propiedad intelectual, pero a pesar de que pueda pagar 10€ por el nuevo álbum de Adele en iTunes, no quiere decir que posea ni tenga los derechos de autor de las canciones de Adele. El software también se considera propiedad intelectual, si usted o su empresa pagan por un software CRM o un software de contabilidad, usted no posee ni tiene los derechos de autor de ese software.
Lo que significa básicamente es que, aunque pague por ellos, no posee el derecho de hacer copias de esas cosas y distribuirlas a otras partes. Puede que no lo sepa, pero en esos escenarios, la letra pequeña indica que lo que realmente está pagando es una licencia. Y una licencia es simplemente un contrato que otorga permiso legal para escuchar, mirar, usar o utilizar la propiedad intelectual de otra persona.
Por ejemplo:
- Si un agente inmobiliario le paga a un fotógrafo para que fotografíe una propiedad…
- Si un diseñador de interiores le paga a un fotógrafo para fotografiar una sala de estar…
- Si un arquitecto le paga a un fotógrafo para que fotografíe un nuevo edificio comercial en el centro de la ciudad…
… el 90 % de las veces, el fotógrafo aún posee y tiene los derechos de autor de esas imágenes. Los clientes pagan a los fotógrafos por una licencia para usar las fotos que crean, NO son propietarios en absoluto de las imágenes.
Y si piensa que este es un nuevo concepto moderno creado por fotógrafos en la era digital, tenga la seguridad de que está muy equivocado. Las leyes sobre los derechos de autor existen desde hace mucho, MUCHO tiempo antes.
La ley de derechos de autor también otorga a los fotógrafos la capacidad de dar a sus clientes permisos específicos sobre lo que pueden hacer con sus imágenes. Por ejemplo, si un diseñador de interiores contrata a un fotógrafo para fotografiar un proyecto, ese fotógrafo generalmente le otorga una licencia para usar las imágenes en las redes sociales, su sitio web, materiales impresos, etc.
Pero, generalmente:
- Esa licencia no otorga al diseñador de interiores la capacidad de distribuir las fotos a OTRAS partes para que las usen.
- El diseñador de interiores no tiene el derecho automático de permitir que otra cuenta de Instagram vuelva a publicar la imagen del fotógrafo.
- El diseñador de interiores no tiene derecho a entregar las fotos a una empresa de muebles para que las use en su sitio web.
- Y la mayoría de las veces, el diseñador de interiores no tiene el derecho automático de enviar esas fotos a algún tipo de concurso, o incluirlas en una publicación editorial.
En cada uno de esos escenarios, ese tercero involucrado necesita obtener algún tipo de permiso por escrito directamente del fotógrafo. ¡No del diseñador de interiores! Y sí, muchas veces esos terceros tendrán que pagar una tarifa.
Pero si a un fotógrafo ya le paga la empresa que le encarga la sesión, ¿por qué le cobra a otra empresa que quiera usar alguna de esas mismas fotos?
Lo siento, pero este argumento es simplemente ridículo. Piénselo, ¿conoce CUALQUIER otro tipo de negocio con ánimo de lucro que siga este modelo?!?! En la mayoría de los modelos de negocio, si 10 personas solicitan tu producto o servicio, esas 10 personas pagarán por él. Y si 500 personas solicitan tu producto o servicio, esas 500 personas lo pagarán.
Si una empresa tiene una meta de 500.000 € en ventas brutas para 2023, no comienzan a regalar cosas el resto del año si alcanzan esa meta a mediados del tercer trimestre.
La película ‘Spider-Man: Sin Vuelta a Casa’ tuvo un presupuesto de producción estimado de 200 millones de dólares y Disney/Marvel no comenzó a regalar entradas de cine después de alcanzar un cierto umbral de ganancias. Para el primer trimestre de 2022, se estima que esa película ya había recaudado ¡1.800 millones! Y realmente dudo que vayan a dar los Blu-Ray gratis porque a la película le haya ido muy bien en los cines.
Nunca hemos tenido ninguna solicitud de un fotógrafo para que le paguemos por una licencia por usar una foto. La mayoría de los fotógrafos están de acuerdo con que usemos sus imágenes siempre y cuando les demos crédito o les etiquetemos/mencionemos en las redes sociales. De hecho, estoy bastante seguro de que mientras una imagen esté en las redes sociales, cualquiera puede usarla.
Pues está 100% equivocado. No importa lo que haya escuchado o lo que diga algún artículo, si lee los términos de uso reales de todas las principales plataformas de redes sociales, ¡NINGUNO DE ELLOS DICE ESO! De hecho, aquí hay un corta y pega directo de los términos de uso actuales de Instagram:
«No puede publicar información privada o confidencial de otra persona sin permiso ni hacer nada que viole los derechos de otra persona, incluidos los derechos de propiedad intelectual (por ejemplo, infracción de derechos de autor, infracción de marca registrada, productos falsificados o pirateados)“.
Algunas personas y empresas se sienten desconcertadas por esto porque tal vez hasta ahora ningún fotógrafo les exigió que se le pagara por el uso de su imagen. Tal vez sea la primera vez que escuchan este concepto, ¡EN LA VIDA!.
Y para ser completamente honesto, la razón es que la mayoría de los fotógrafos no son muy expertos en negocios y no saben lo que valen sus imágenes.
No conocerá muchas empresas que tengan éxito dando sus productos o servicios de forma gratuita, por lo que si le pide a cualquier fotógrafo que quiere usar una de sus imágenes le pedirá que pague una licencia de uso por la misma.
Y por agradables o gratificantes que sean las menciones en las redes sociales o el etiquetado/crédito de las fotos, la fotografía es nuestro sustento. Simplemente no podemos pagar nuestras facturas con crédito fotográfico.
Pero las fotos son de mi producto o proyecto. Las fotos son de algo en lo que trabajé o diseñé yo. ¿Eso no me otorga algún tipo de permiso automático para usar o distribuir las imágenes?
Pues… ¡No es así!
En muchas ocasiones lo que aparece en la foto no tiene absolutamente nada que ver con qué empresas o negocios pueden usar una imagen o quién tiene el derecho de distribuirla.
Si tomo una foto de una cocina y el fregadero tiene un grifo de la marca Delta, Grifos Delta aún necesitaría mi permiso para usar la foto. El hecho de que su producto aparezca en mi imagen no les otorga el derecho automático de tomarlo de mi web o red social y comenzar a usarlo. No importa si solo quisieran usarlo en una sola publicación de Instagram o colocarlo en un anuncio a página completa en una revista… aún necesitan mi permiso como titular de los derechos de autor.
Si no lleva marca de agua, crédito en la foto o mención de un fotógrafo en relación a una foto, ¿estoy autorizado a usarla?
De nuevo estaría equivocado. Las marcas de agua y los créditos fotográficos tienen poco o ningún efecto sobre si está autorizado a usar una imagen o no. Podría ser de un solo fotógrafo autónomo o de una gran corporación… de cualquier manera, alguien tiene los derechos de autor de esa imagen.
Si un fotógrafo ve que estamos usando una de sus imágenes que se supone que no debemos usar, y simplemente la eliminamos. Problema resuelto, ¿verdad?
Llegados a este punto, «la pasta de dientes ya está fuera del tubo» y es muy probable que se deba pagar una licencia para evitar mayores consecuencias económicas. Aunque es fácil robar imágenes online, también se está volviendo mucho más fácil rastrearlas.
Cuando una imagen se usa sin el permiso del fotógrafo, eso se llama infracción de derechos de autor. Y cuando las empresas son denunciadas, muchas de ellas se hacen las ofendidas y se ponen a la defensiva, inventan excusas, le echan la culpa a otra persona o tratan de ignorar la situación por completo.
Ahora no voy a entrar en todas las consecuencias de la infracción de derechos de autor, una simple búsqueda en Google puede responder esas preguntas por usted.
Pero para resumir, si un fotógrafo ha seguido los pasos correctos para asegurarse de que su negocio y sus fotos estén protegidos en la mayor medida posible por la ley de derechos de autor mediante un contrato o similar, podría costarle mucho dinero a la empresa. Cientos, si no miles… a veces decenas de miles de euros.
Entonces, como conclusión, solo pregúntese: ¿tiene un permiso claro por escrito del fotógrafo original para usar o distribuir una imagen o un conjunto de imágenes?
Si la respuesta es NO, asegúrese de conseguirlo.
Más Info: Ley de Propiedad Intelectual (BOE» núm. 97, de 22 de abril de 1996 | Referencia: BOE-A-1996-8930)
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